jueves, 4 de junio de 2015

Ensayo: Creando Espacios para El Circo Social

FUNDACIÓN FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENSEÑANZA
“SAMUEL ROBINSON”
ESTADO ARAGUA
EJE TEMÁTICO CIRCO



CREANDO ESPACIOS PARA EL CIRCO SOCIAL
ENSAYO




LIC. ANAIDA JAIME


2015

CREANDO ESPACIOS PARA EL CIRCO SOCIAL

Abre los ojos está a punto de entrar en un mundo diferente. Un universo donde todo es posible y donde hay maravillas allá donde mires. Bajo esta carpa descubrirás la magia, las risas, serás malabarista, trapecista y toda aquella que tu imaginación pueda crear. Vas a introducirte en un lugar donde el tiempo se detiene y donde la diversión está asegurada. ¡Bienvenido al mundo del circo. Cuando entres ya no querrás salir (  Navarro, 2015 ).
  Para niños, niñas, adolescentes y adultos el circo es mágico, es un espectáculo que nos atrae, se combinan la magia de la función con el propio espíritu aventurero de los protagonistas. El montaje de las carpas, los animales, la música de viento, todo se une para crear una atmósfera incomparable.
  No obstante, el Circo nos ofrece algo más que un espectáculo artístico itinerante, que incluye acróbatas, malabaristas, trapecistas, payasos, magos, traga fuegos, música, drama, baile, etc.  A través, del circo: sensibilizamos, articulamos, creamos un espacio público de formación ideológica-cultural utilizando recursos que nos muestran el arte y la cultura para difundir la promoción de valores socialistas, el circo social como medio de expresión artística, rescata espacios que promocionen la cultura, presenta programas de sensibilización con propuestas de espectáculos que motiven artísticamente a niños, niñas, adolescentes y adultos a participar en el medio circense como vía de humanización de la sociedad,
  En este mismo sentido, el circo social se nos ofrece como herramienta de educación en valores y transformación de la sociedad; esta propuesta pedagógica estimula la creatividad promoviendo aptitudes sociales en el participante, incluye al excluido, desarrolla la autoestima, la comunicación, la cooperación, la solidaridad, el esfuerzo, la superación y la participación partiendo del aprendizaje de técnicas como el trapecio, la acrobacia, los malabares, los equilibrios y su posterior muestra. Como herramienta crítica e integradora, nos muestra su espíritu: “trabajar en grupo, aquí no existe el individualismo se trabaja de manera conjunta, colaborando y no compitiendo”.
  En efecto, el mundo mágico circense se va perfilando como una herramienta de participación comunitaria, este arte se va reconociendo, formando parte de un proceso que permite recuperar espacios públicos para las prácticas y muestras. Hay que destacar su carácter popular, ya que se puede desarrollar en cualquier parte de la comunidad, la práctica de las técnicas se lleva a la sede: plaza, calle, cancha, patio de escuela llevando el entorno al participante y con un riesgo controlado, en las prácticas que así lo requieran.
  Fortalece el sentido comunitario de identidad social a través del desarrollo del sentido de pertenencia, se fortalecen y crecen vínculos afectivos, donde el proceso se da continuamente: “me identifico con el compañero a lo largo de su práctica cuando sus logros y fracasos también son los míos”. Eso genera respeto y confianza en el grupo.
  En definitiva, como no crear espacios comunitarios que incentiven el  circo social. Si este permite aprender riendo, divertirse combinando habilidades físicas, interactuando con otras artes como la música, la danza, el teatro y a nivel pedagógico estimula la inteligencia múltiple y emocional. Las diversas actividades que se ponen de manifiesto en el circo social no solo valen por el hecho de que se aprende,  se llena de energía y de aspectos positivos, sino que también desarrolla la cultura corporal.
  En definitiva el circo social es una propuesta pedagógica integral en la cual se puede mejorar y desarrollar facultades relacionadas con la representación, habilidad, la psicomotricidad, la creatividad y la fantasía; la cooperación y la comunidad. Llevar esta propuesta a la comunidad es tarea que implica un programa de sensibilización, articulado con los colectivos, la misma comunidad e instituciones como: Fundación Circo Nacional de Venezuela, Red de Creadores del Arte Circense, Compañía Nacional de Circo, Misión Cultura Corazón Adentro, Misterio para la Cultura y Equipos de Gobiernos Locales.
  También un elenco estable que este en formación constante y por supuesto auto gestionarse, ¿Cómo? A través de mi experiencia con las danzas en la Comunidad de San Pedro Alejandrino se realizaba una especie de trueque con la comunidad o institución que solicitaban la función, se intercambiaban alimentos, artículos de limpieza, material de oficina, ropa en desuso para confeccionar vestuarios, en fin son partes de muchas necesidades del quehacer diario. Un simple ejemplo de autogestión aplicable a toda actividad comunitaria. Cabe señalar que se deben poner en escena espectáculos de fácil traslado y que no impliquen requerimientos técnicos y logísticos muy complicados, para así poder llegar a cualquier lugar.
  En países como Alemania se llevan a cabo actividades como el circo en bicicleta, el cual llega a la comunidad, en Venezuela existen más o menos 13 colectivos circenses que ya han desarrollado y mantienen esta experiencia del circo social desde el 2011, con la ayuda de los programas del gobierno revolucionarios y el convenio cuba-Venezuela se ha ido sembrando esta semilla que poco a poco va dando frutos; no es tarea fácil vencer el estigma de circo, pero a medida que se avanza creando más espacios comunitarios se va cambiando esta idea.
  Y porque desde esta maestría no desarrolla un proyecto para el fortalecimiento de los espacios ya existente y la creación de nuevos espacios con la búsqueda y formación de nuevos valores circenses. Vale la pena colocar un granito de arena porque no hay nada más reconfortante que encaminar a nuestros niños, niñas y adolescentes en una actividad que los forme para la vida.
  


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